Un cigarrito antes de la presentación
La tonsura del fumador está fijada en sus manos y en su boca. Ambos gestos la revelan y lo delatan. Todo vicio efímero otorga a sus gestos una rúbrica estética, como, por ejemplo, la promiscuidad sádica, y Sade ya es -no lo olvidemos- literatura.
miguel angel conejos 07/06/2009 21:26
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