El Valle de la Luna Rojo, en el distrito de General Roca, provincia de Río Negro, Patagonia argentina, y una pequeña presencia humana que contrasta con su inmensidad y el impactante color que le da el nombre. Menos famoso que el internacionalmente reconocido Valle de la Luna de Ischigualasto, en la provincia de San Juan, éste comparte una depresión de origen arcilloso con su par llamado Valle de la Luna Amarillo, a pocos kilómetros y en la misma provincia del norte patagónico.